Hay que desterrar la mirada dramática del conflicto laboral. Después de más de 30 años de democracia los militantes del mundo del trabajo debemos tener una visión superadora.
Los conflictos laborales pueden ser observados desde dos puntos de vista. El primero es verlo como un virus, que viene de afuera de la relación entre empresarios y sindicatos; contamina, enferma y genera un problema. Esa mirada, de que el conflicto laboral es una patología, es una concepción que han tenido históricamente los sectores conservadores, reaccionarios y liberales de Argentina.
Si se analiza la historia nacional, cada vez que gobiernos no democráticos y autoritarios tomaron el poder, lo que intentaron es impedir que el conflicto se manifieste y exprese. Es decir, lo que imperaba era la idea de que la huelga es una especie de guerra en la que el Estado tiene como rol mediar por la paz, aún a costa de poner “correctivos”.
Esta idea de represión sobre el conflicto laboral es inversamente opuesta a la visión que nosotros tenemos. En SADOP pensamos que el conflicto es algo connatural a la relación laboral; donde hay una relación, existe una vinculación entre patrones y trabajadores, y por lo tanto el conflicto latente. Sencillamente porque hay dos lógicas en tensión, la del capital y el de la fuerza del trabajo. Son dos energías que están en colisión y es natural.
La pregunta es, ¿debemos alarmarnos? ¿Debemos pensar que el conflicto laboral es dañino, digno de ser reprimido? No, de ninguna manera.
En los conflictos laborales hay que atacar sus causas y no sofocar sus expresiones. En el mundo del trabajo existen situaciones de injusticia, insatisfacción y malestar que siempre generan conflicto. La negociación es uno de los caminos para encararlas. Esos temas se buscan resolver a través del diálogo, pero si ese camino no avanza aparece el conflicto: paro y movilizaciones que intentan llamar la atención, amplificar los reclamos y generar condiciones que permitan volver a la mesa de negociación y obtener lo que los trabajadores necesitan.
Es muy difícil discutir la legitimidad o la realidad de situaciones de cada gremio y las carencias que viven cada trabajador. Los laburantes sienten que su salarios pierden poder adquisitivo por la suba de los precios y es legítimo que reclamen un reajuste. También existen compañeros a los que se les aplica el impuesto a las ganancias y lo viven como una situación injusta. Los dirigentes no pueden discutir esa agenda reivindicativa desde otro gremio porque sería una falta de respeto interpretar la realidad de otros sectores.
Sin embargo, la legitimidad de los reclamos, enarbolada por los sindicatos, forma parte de esta tensión entre el empresario y el trabajador.
Los gremios docentes iniciamos con mucha dificultad la negociación salarial a principio de año, en el marco de la Paritaria Federal. El importante apoyo de la Confederación General del Trabajo (CGT), que conduce Antonio Caló, permitió arribar a un acuerdo salarial sensato.
Los docentes somos unos de los primeros en negociar salarios cada año y tendemos a comparar los resultados que obtienen los compañeros de otras actividades. Con el diario del lunes observamos cómo el resto de las actividades tienen problemas para arribar a un acuerdo, pero los educadores logramos sortear ese importante obstáculo. De esta manera, el positivo cierre de la Paritaria consolidó nuestra negociación colectiva.
La Paritaria Federal construyó el piso salarial nacional de los educadores. SADOP, a través de sus Seccionales, negoció en cada distrito para arribar a resultados que, desde luego no son óptimos, pero claramente son superadores y establecen mejoras concretas en el poder adquisitivo, y por tanto en la calidad de vida de todos los compañeros del país. Sin embargo, si la realidad lo demanda nos sentaremos nuevamente a discutir el poder adquisitivo del salario.
Esta etapa se cerró a finales de marzo de 2015, con acuerdos importantes en jurisdicciones grandes, con participación de SADOP, y con propuestas que llevamos a delante. Estas cifras no nos dejan conformes pero demuestran un avance.
No obstante tenemos un capítulo pendiente que es tan importante como el salarial: las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT).
SADOP respeta a los compañeros que continúan en su negociación paritaria, que por la aplicación del impuesto a las ganancias y otros puntos de su agenda reivindicativa, han convocado a un paro nacional y medidas sectoriales. Asimismo, los educadores seguimos valorando nuestro cierre paritario salarial y apostando a la negociación como estrategia. Todos estamos atrás de lo mismo, que es llevar mejoras a los compañeros.
Los docentes privados vamos a debatir en el Consejo Directivo de SADOP estos temas porque SADOP, desde que cerró su negociación, no ha llamado a paros o huelgas, en la idea de que la puerta de la negociación continúe abierta.
Todo esto sucede en un momento en el que el país se juega intereses políticos, económicos y empresarios. En la actualidad hay modelos en disputa. Los dirigentes sindicales tenemos que reivindicar nuestra agenda de reclamos pero nunca ser funcionales a los intereses de la derecha.
Mario Almirón
Secretario General
SADOP-CDN